D. Diego de Torres Villarroel, (1.693-1.770).
Escritor y Miembro del Claustro de la Universidad de Salamanca, Titular de la Cátedra
de Matemáticas, en 1.752 describe a Babilafuente de la siguiente manera:
“Yace en un llano y agradecido terreno, distante
cuatro leguas de la gran ciudad de Salamanca, la hermosa villa de Babilafuente.
Goza ésta entre otros muchos y distinguidos privilegios, la honrada antelación
de ser la Capital de otras siete muy vecinas, que son todas de este territorio
apreciables añadidura al Condado de Monte Rey, que hoy está unido a la gran
Casa de la Excelentísima Señora Doña María Teresa Álvarez de Toledo,
Duquesa de Alba, mi Señora.
Sostiene esta apacible situación hasta doscientas
casas fuertes, pero mazorrales y rudas, porque son hechas de un lodo grueso,
empleado sobre broncos tapiales de pino, que son todas las escuadras, escodas, y
plantillas que manejan en sus fábricas aquellos cerriles arquitectos. Otras hay
bien fabricadas de una especie de piedra blanca, dúctil y pulida que se produce
en aquellos contornos vecinos; y todas capaces y con sobrantes buques para criar
con anchura los labradores sus familias y conocer sin estorbos los duros aperos
de la labranza del pan y el vino, únicos frutos que procurar exprimir de sus
terrazos.
Son los moradores de esta villa de estatura
generalmente mas que mediana, cortesano semblante, buena color, membrudos,
fuerte y felizmente sanos; pues los que reducen su vida a una dieta sin
melindre, acompañada de las dulces fatigas de sus labores, viven ochenta y
noventa años, sin las congojas de las dolencias populares, y sin aquellos daños
que se recogen frecuentemente en las concurrencias, los brindis y las libertades
de las poblaciones más cultas y civiles.
No sufren ni padecen más enfermedades que las
frecuentes, que vienen reatadas a las naturales estaciones........Tercianas en
primavera, Erisipelas en estío, Quartanas en otoño y Catarros en invierno. No
dejan de verse algunos enfermos habituales, pero estos son muy contados y es muy
conocida la causade sus
remediables dolencias; porque los tales son pocos fabricadores de tejas y
ladrillos a quienes su pureza y su necesidad tienen con las carnes cetrinas y
las entrañas opiladas; pues por no conducir a sus Alfares agua pura, que
les dan
sabrosa y delgada los pozos y fuentes de la Villa, beben el veneno de un sucio
charco que se estanca al mismo pie de sus cenagosas oficinas.
Regularmente es sano, fecundo y templado todo el término,
pues sus moradores, de tiempo inmemorial hasta hoy, no han padecido los molestos
males de las achacosas epidemias, ni han experimentado los trabajos rigurosos de
las carestías, ni los horribles insultos de los temporales. Sólo el día 28 de
julio de 1.747 fue asaltada, sin ejemplar, la situación toda de un granizo
gordo, duro y espeso, que dejó enterrada las viñas en la perniciosa piedra más
de una vara de profundidad y arrebató hasta el río Tormes, distante casi una
legua de la Villa, todas las parvasy
trojes de trigo y cebada que tenían en las eras. La desolación de estos frutos
hizo padecer a los pobres vecinos aquel año, y parte del siguiente, una hambre
feroz, la que aplacaban, ya con potaje de algarrobas, ya con un poco de pan de
cebada, ya con algunas carnes enfermas y flacas y ya con algunas yerbas
desabridas; de que se siguió que engendraron en sus cuerpos tristes humores y
zumos podridos, con lo que se vino indispensablemente la peste; pero gracias a
Dios, sin más medicinas ni doctores que la benignidad y la abundancia del añopróximo, se apagó este pestilencial incendio en la salud; y la tierra
recobró su fecundidad y hermosura.
El ingenio de esas gentes es dócil y proporcionado
para mayores afanes que los que ocasiona la aldea y la labranza; y esta verdad y
disposición lo acreditan muchos sujetos que han salido de esta breve población
a otras más anchas de trato, comercio y negocio con otros hombres y destinos.
La primera crianza es dichosa, porque los niños
todos tienen pagados los maestros de primeras letras, Doctrina cristiana y Gramática
latina, y en estas disciplinas felices son enseñadosy con ventura. El trato de los mozos y viejos es regularmente
humilde, inocente y adornado de una general política, la que importa y conviene
para ser agradables y bien quistos.
Todo llano a excepción de las viñas y un monte pequeño, pero florido
hermosamente, y distante un cuarto de legua de la Villa, que así es como otras
yacen en sus laderas, no muy agrias, pero desabridas para los que tienen que
penetrarlas a pie. Los valles, prados y monte está todo poblado de muchas y
varias yerbas útiles al uso de la medicina. Son las cosechas de trigo, que
recogen todos los años estos vecinos, más que regulares; especialmente cuando
las estaciones de primavera y otoño son secas; de que inferimos inclinarse a húmedo
y fresco el temperamento de esta situación. El trigo es el más gordo y
sazonado que se cría en los altos y los hondos de las dos Castillas. Las uvas
no son de las más agradables al gusto, ni las más abultadas; pero darían, sin
duda, un vino generoso si los cosecheros se encontrasen con otra disposición,
limpieza y magisterio que el que hasta hoy han practicado".
D. Pascual Madoz (1.806-1.870). Político y
abogado, en su Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España,
inscribe la referencia siguiente sobre la villa de Babilafuente:
“BAVILAFUENTE.
V. con
Ayunt.
En la prov. Adm. De renta y dióc. De Salamanca (3 y ½ leguas) part. Jud. de Peñaranda
de Bracamonte, Aud. Terr y c.g. de Valladolid. Sit. En un llano hermosísimo al
E. de Salamanca con clima sano; tiene 223 casas incluso la del Ayunt., cárcel,
escuela de niños (16) dotada con 1.300 reales; otra de niñas (40), consignación
convencional; Igl. Parr. De 2º ascenso servida por un ecónomo enclaustrado,
otro sacerdote y dos acólitos; a las afueras hubo algunas ermitas que
desaparecieron con la invasión francesa y existe una fuente de agua exquisita y
otra mineral llamada “fuente del caño” en un montecillo perteneciente al
Duque de Alba; se aplica con buen éxito para las operaciones del mal de piedra,
obstrucciones y dolores de estómago; hasta ahora es muy poco conocida y solo de
la parte de Medina del Campo concurren en la estación de verano a tomar sus
aguas unas doscientas personas. El Tér. Confina N. con Pitiegua; E., Villoria;
S., Encinas de Abajo y O., San Morales; el terreno es de buena calidad y en el
existe un monte bien poblado propio del Duque de Alba y otro sin poblar
perteneciente a la villa; las labores se hacen con ganado vacuno; los caminos
son de pueblo a pueblo y la correspondencia la trae de Peñaranda los martes,
jueves y sábados un hombre pagado por particulares; PROD.: trigo, centeno,
cebada, garbanzos, garrobas y maíz, todo de excelente calidad y vino de mediana
clase; hay cría de ganados lanar y vacuo y caza de perdices y liebre; POBL. 866
hab. Dedicados a la agricultura y ganadería; existen 4 fábricas de teja,
ladrillo y valdosas (sic) y algunas tiendecillas de abacería; CAP. TERR.PROD
1.412.450 rs. (reales); valores de los puestos públicos 8.764 rs. En esta villa
que fue capital de las 7 inmediatas llamadas Villoria, Villoruela, Cordovilla, Moríñigo, Sanmorales y Aldearrubia, nombraba el Duque de Alba un corregidor,
con jurisd. En todas ellas, cuyo privilegio disfrutó hasta la invasión
francesa".
Babilafuente,
municipio situado en la parte nororiental de la provincia de Salamanca. Dista 23
Kilómetros de la capital. Tiene fácil acceso desde la Nacional 501, desviándose
en el pueblo de Encinas de Abajo hacia la carretera SA810,de
Encinas-Cantalapiedra. Se encuentra a 800 metros sobre el nivel del mar y cuenta
con una extensión municipal de 22,55kilómetros cuadrados. Forma parte de la
Macro comarca “Campo de Peñaranda” que por su paisaje agrario, así como
por su estructura agraria y otros aspectos geográficos, es un municipio
representativo de dicho espacio. Es uno de los municipios que integran la
llamada Zona de las Villas.
Hasta
principios del siglo XIII
no tenemos constancia real de la existencia de esta
Comunidad. Nos la da un documento procedente de los Archivos Catedralicios de
Salamanca según el cual una tal Sancha Gómez, el 3 de mayo de 1215, vende a
Don Juan, deán de Salamanca y al Cabildo la heredad de “Vaguilafointe”, con
bueyes, panes, sembrados, pastos, viñas y otras pertenencias; reinando Alfonso
(IX de León) y reinante en Salamanca su hermano Sancho Fernández.
Otro
documento fechado en 1223 integra a esta “Villa” en el Cuarto de
Valdevilloria. Esta condición de Villa, parece ser una distinción del rey al
titular del Señorío. Hoy día se mantiene este titulo como meramente honorífico
sin ningún genero de privilegios.
Avanzando
en la historia de Babilafuente, se puede decir que la villa fue vendida a don
Rodrigo Maldonado, señor de Babilafuente y Avedillo, pasando posteriormente a
su descendiente don Pedro Maldonado. Tras el proceso comunero, en 1523 Carlos V
vendió el territorio a don Alonso de Acevedo y Zúñiga quedando vinculado a la
Casa Ducal de Alba
De
otros acontecimientos históricos, como es el de La Guerra de la Independencia,
Don Benito Pérez Galdós ya hace la honra de insertar a la Villa en su novelado
relato de la epopeya nacional.
En
la retirada francesa, el 21 de Junio de 1812, con el general Marmont a la
cabeza, los franceses pusieron fuego en Babilafuente y pueblos vecinos, causando
graves estragos y quemando las cosechas.
Hipótesis
que se pueden calificar de pura fantasía le dan una primitiva denominación de
“Fuente de Favila”, relacionando a este antiquísimo rey astur con nuestras
fuentes de aguas salutíferas. También se apunta una posible derivación de
“Vaguada de la Fuente”.
Fuera
de la fantasía nos encontramos con la primera realidad del nombre escrito como VAGUILAFOINTE
en el documento de1215. En otros de la misma procedencia se da con ligeras
variantes: en uno de 1216 Baguilafuont,
en otros de 1229 y 1224 Baguila Fonte; y en otro de 1281 Baguila Fuente. En dos
documentos de 1494 y 1496 ya aparece como BABILAFUENTE.
Los
estudiosos de semántica no dudan en dar al primer nombre atribución puramente
goda; e incluso le hacen hermano gemelo del AGUILAFUENTE
de la provincia de Segovia.
Don
Pascual Madoz en su “Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España
y sus posesiones de Ultramar” le hace aparecer con la doble grafía de BABILA-FUENTE
y BAVILAFUENTE.
Don
Diego de Torres y Villarroel, en su obra de 1752, titulada “Noticia de las
virtudes medicinales de las aguas minerales de la Fuente del Caño de
Babilafuente” describe:
“Yace
en un llano y agradecido terreno, distante cuatro leguas de la gran ciudad de
Salamanca, la hermosa villa de Babilafuente. ..”
Babilafuente
se encuentra rodeado por una serie de escarpas que se extienden desde
Salamanca hasta Villoruela y desde Villoria hasta Alba de Tormes, dando a dichos
espacios unas características algo singulares respecto a los municipios
situados a su alrededor.
El
territorio municipal está formado por materiales sedimentarios terciarios.
La
variedad de sus suelos, constituye en conjunto un excelente soporte para las
cosechas y para el cultivo de regadío, remolacha, maíz,... facilitado este último
por los canales de Babilafuente y Villoria.
De
su patrimonio artístico destaca la Iglesia parroquial de San Benito a la que
estuvo adosada por un pasadizo el antiguo palacio de los Duques de Alba. Se
levanta esta, sobre otra primitiva de la que se tienen escasos datos, en el
siglo XVI. En 1985 mientras se realizaban obras de restauración en el templo se
descubrieron algunos restos del anterior.
Su
portada principal se encuadra en el estilo plateresco salmantino, y en ella
aparece la imagen de San Benito, titular de la iglesia.
En
el interior, la capilla mayor enmarcada por un gran arco toral es del último gótico
del siglo XVI. Aparecen aquí las armas de los Maldonado, familia que ostentó
como ya apuntamos anteriormente, el Señorío del pueblo.
En
la nave del Evangelio se alza un retablo plateresco de cuerpo único en tres
calles más ático.
Ensambladas
en el retablo, encontramos pinturas al óleo sobre tabla con los temas de la
Anunciación, Presentación en el templo y Calvario que destacan por la riqueza
de la paleta y por los tonos vivos. La influencia rafaelesca es patente sobre
todo en la Anunciación.
En
el Prebisterio se halla el retablo mayor de tres calles y cuerpo único. En las
calles colaterales encontramos dos grandes lienzos que representan a Santa Ana
enseñando a leer a la virgen y San Buenaventura. El primero repite con ligeras
variantes el cuadro de Carreño del Museo del Prado. El segundo, San Benito para
don Manuel Gómez Moreno, se representa portando el báculo con la mano
izquierda, mientras que con la derecha sujeta la caída del hábito; un
rompimiento de Gloria ilumina la escena. El lienzo parece de escuela andaluza.
En
la nave de la Epístola, un nicho moderno alberga la talla de San Roque, con
carnaciones en el rostro, ojos de pasta vítrea que parece obra del siglo XVIII
En
la sacristía se conserva una cajonería barroca de cuatro calles más
guardapolvos. Consta que fue realizada en 1780 por el tallista Juan Lucas de la
Torre.
Nada
queda ya, de las ermitas que había en el siglo XVII y que llevaban las
advocaciones de San Cristóbal, San Andrés, de la Encarnación, Santiago y de
la Asunción. El Hospital de Santa Catalina, donde el Concejo acogía a los
enfermos necesitados igualmente ha desaparecido
Tan
sólo quedan algunos ejemplos de arquitectura doméstica, como la que quizá
corresponda al antiguo convento de los PP. Franciscanos. Su portada rasga vano
adintelado con molduras quebradas en jambas y dintel, sobre este, escudo con
borlas arzobispales y el Agnus Dei en su interior. Parece ser obra del siglo
XVIII.
En
los últimos años Babilafuente ha modificado su aspecto urbanístico. Las
viviendas se han modernizado y ya prácticamente no quedan construcciones
tradicionales.
Cuenta
con numerosos servicios, aunque otros desaparecieron como la fábrica de
harinas, de ladrillos, de alcohol, la estación de ferrocarril etc.
En
la actualidad son dos los centros educativos en funcionamiento que concentran a
los chicos de los pueblos vecinos, uno de Educación Infantil y Primaria y otro
de ESO y Bachillerato.
En
los campos educativo y cultural son varias las actividades que se realizan a lo
largo de todo el año. Desde programas de educación de adultos hasta
actividades de ludoteca y tiempo libre para los niños, pasando por cursos para
los mayores adaptados a sus necesidades, como son los orientados a temas de
salud.
Las
aguas del Balneario de Babilafuente, fueron declaradas en 1955 de utilidad pública
y a las que Don Diego Torres Villarroel allá en 1752 dedicó un opúsculo sobre
las virtudes curativas de la Fuente del Caño. Cuenta el Balneario con una
planta embotelladora y está en construcción un hotel en esta misma zona.
Servicio
de restauración, hostelería, bares, biblioteca, piscinas municipales,
consultorio médico, plaza de toros, entidades bancarias, supermercado, pescadería,
ferretería, carnicerías, talleres mecánicos y de carpintería metálica y de
madera, clínica dental, cooperativas agrícolas... etc son otros servicios con
los que cuenta el pueblo.
Pero
será sin duda, la futura Planta de Bioetanol que se está construyendo en el
municipio la que permitirá un mayor conocimiento de este municipio de la
provincia de Salamanca.
El
modo de vida de la gente de Babilafuente está basado en la agricultura, seguido
de la construcción y de los servicios.
San
Roque es el patrón de Babilafuente. Se celebra su fiesta el 16 de Agosto, mes
por excelencia de las vacaciones veraniegas, por ello, pocos hijos del pueblo
faltan a esta cita. Estas fiestas comienzan el día 14 con la suelta de
vaquillas al estilo tradicional. Continúan el día 15 con la festividad de la
Asunción, el día 16 y el día 17 con San Roque el Chico.
No
puede faltar en estas fiestas, además de la procesión del Santo, los toros y
el baile.
Las
peñas con su “movida”amenizan estas fiestas dando color y ruido a las
mismas.
SAN
BLAS
Aunque
en un principio fue la fiesta mayor, y como consecuencia de haber sido esta
villa menos afectada por una fuerte epidemia de cólera que asoló a las siete
villas, la Escribanía, hizo un voto de veneración al abogado de este mal y sin
duda en razón de la fecha, desplazó o al menos relegó a un segundo término a
la del 3 de febrero. En esta fiesta tampoco falta la procesión del Santo con la
bendición de las gargantillas que después se venden en los distintos
establecimientos del pueblo. El Baile y las animaciones infantiles amenizan la
fiesta.
Sin
duda esta pequeña descripción del municipio deja en el tintero multitud de
detalles que bien puede conocer cualquier persona acercándose por la Villa y en
la que comprobará cuanto hay de cierto en el refrán de: ”Babilafuente buen
agua y buena gente”.